Geovanna Bañuelos de la Torre, en representación del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo (PT), presentó al pleno de la Cámara de Senadores una propuesta para reformar la Constitución a fin de que “los aumentos anuales al salario mínimo nunca sean inferiores a la tasa de inflación del año anterior que es medida por el Banco de México”.
La propuesta para reformar el Artículo 123 de la Constitución, tiene como objetivo que “el salario indexado a la tasa de inflación, no se deprecie y que el trabajador mantenga su poder de compra”, explicó la legisladora, para señalar que se busca dignificar a “la clase trabajada de México y ayude a recuperar y fortalecer su poder adquisitivo”.
Si el salario es indexado anualmente, entonces se mantiene la capacidad de compra del trabajador con respecto al año anterior.
Otro de los puntos medulares de la propuesta legislativa, se refiere a que el incremento salarial será en base a la productividad de cada rama y sector de la economía, sin generar afectación al sector empresarial.
Pese a estar reconocido por la Carta Magna como un derecho humano donde se estipula “los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”, el ingreso no alcanza para el sustento familiar.
“El modelo neoliberal fue el principal enemigo del trabajador: vulneró sus derechos, desmanteló su presente y pretendió esclavizar su futuro”, sostuvo Geovanna Bañuelos para posteriormente presentar los siguientes datos:
El 1982 una familia lograba comprar con un salario mínimo diario, 50 kilos de tortillas. En un lapso de 37 años ha dejado de comprar y consumir 42 kilos, es decir, al 11 de febrero de este año sólo se pueden comprar 8 kilos.
Hace 30 años, se requería laborar cuatro horas y 53 minutos para obtener la canasta básica, de acuerdo a investigación de la Facultad de Economía de la UNAM. Para octubre del 2017 eran necesarias 24 horas con 31 minutos para obtener lo necesario del hogar.
Además, la tasa anual de la inflación de 2018 a la fecha absorbió el doble el valor del salario mínimo.
Para Geovanna Bañuelos, “la garantía de un salario vital es una de las condiciones para la paz y la permanente justicia social. Todo trabajador tiene derecho a percibir lo necesario para una subsistencia digna y la de sus familiares”.
La organización Oxfam México, considera que una de las razones que generan desigualdad en México se encuentra en la política laboral que ha ocasionado el empobrecimiento de la clase trabajadora.
El informe Desigualdad Extrema en México, realizado en 2017 por dicho organismo, revela que nuestro país presenta una disparidad social profunda. En casi dos décadas los mexicanos más ricos han incrementado sus fortunas y los pobres se quedaron en la miseria.
El 1% de los mexicanos más ricos concentró el 28% de la riqueza del país, cuatro puntos porcentuales más que la riqueza que tenían en el año 2000. Mientras que los niveles de pobreza por ingresos se quedaron igual en el mismo periodo.
Además, en las últimas dos décadas, los salarios reales sólo han crecido en un 1.3% por año.
La iniciativa fue turnada para dictamen a las comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos Primera.