Aristóteles Sandoval, gobernador del estado de Jalisco de 2013 a 2018, fue asesinado durante la madrugada de este Viernes en Puerto Vallarta, mientras se encontraba en un bar.

Enrique Alfaro, quien lo sucedió en el cargo al frente del gobierno estatal, informó lo ocurrido a través de un mensaje en su cuenta de Twitter, en el que envió condolencias a la familia del político de 46 años.

«Fue un ataque directo», afirmó Alfaro. «He girado instrucciones a que el gabinete de seguridad se traslade a Puerto Vallarta y encabecen las investigaciones».

De acuerdo con un reporte de la Fiscalía de Jalisco, quien ofreció una conferencia de prensa a primera hora de este viernes, Sandoval se encontraba en el bar Distrito 5 en ese destino turístico en compañía de dos hombres y una mujer.

En un momento dado, el exgobernador se levantó al baño y fue cuando un hombre le disparó por la espalda de manera directa, sin que el equipo de seguridad que le acompañaba, de 15 elementos, pudiera hacer algo para evitarlo.

Las autoridades estatales habían informado previamente que de acuerdo con información preliminar, Sandoval se trasladaba a bordo de una camioneta Jeep Wragler, color beige, modelo 2011, con placas de circulación JJD7318 de Jalisco.

Herido, Sandoval fue traslado a un hospital cercano donde murió cuando le brindaban atención. Su cuerpo será traslado en próximas horas a la ciudad de Guadalajara, capital del estado de Jalisco.

En una entrevista radiofónica posterior, Solís detalló que cuando los guardaespaldas del exgobernador salían del local para llevarlo al hospital fueron atacados a tiros por entre 8 y 10 hombres. Uno de los miembros de la seguridad del exfuncionario fue herido grave e intervenido de urgencia.

Según el fiscal, Sandoval llevaba solo dos guardaespaldas, de los 15 que tenía a su disposición. “No comentó haber recibido ningún tipo de amenaza, por el contrario se le veía tranquilo”, afirmó, al revelar que el exgobernador siempre dejaba a su seguridad afuera de los restaurantes a los que iba.

Solís detalló también que el personal del establecimiento será investigado porque “manipuló completamente la escena de los hechos” antes de la llegada de los peritos, limpiando manchas de sangre, huellas e incluso llevándose las cámaras de seguridad, “con el ánimo de entorpecer a la justicia”, denunció.