Por: Dra. Ailema González-Ortiz
El Día Mundial de la Alimentación (16 de octubre de 2024) nos recuerda que el derecho a la alimentación es un derecho humano básico al cual aún millones de personas no tienen acceso.
A nivel global, 722 millones de personas padecen hambre y más de 2,800 millones no pueden permitirse una dieta saludable, lo que pone en evidencia la profunda desigualdad en el acceso a alimentos adecuados.
La alimentación no es solo una cuestión de cantidad, sino también de calidad. Tener una dieta saludable implica consumir alimentos suficientes, equilibrados y variados que satisfagan nuestras necesidades nutricionales y permitan un desarrollo adecuado. Lamentablemente, la inseguridad alimentaria limita el acceso regular a alimentos suficientes y saludables, afectando particularmente a los más vulnerables. De hecho, cerca del 22% de los niños menores de cinco años son demasiado bajos para su edad debido a la desnutrición.
Cómo invertir en una dieta saludable
La solución para garantizar el acceso universal a una dieta saludable puede parecer sencilla, pero requiere la colaboración de múltiples sectores: una producción adecuada de alimentos, ventas accesibles de alimentos nutritivos, y educación para que los consumidores puedan tomar decisiones informadas. Tanto los profesionales de la salud, los productores de alimentos y los gobiernos tienen un rol crucial en asegurar que todas las personas, especialmente aquellas en situación de vulnerabilidad, tengan acceso a una alimentación adecuada.
Seguridad alimentaria y sostenibilidad
La seguridad alimentaria no puede ser una realidad si existen personas que pasan hambre. Esto no solo afecta la salud y el bienestar de las personas, sino que también pone en riesgo el desarrollo sostenible de las sociedades. Necesitamos conciencia y participación colectiva para promover políticas que garanticen el acceso a alimentos sanos para todos.
Riesgos de alimentos no saludables
Consumir alimentos no saludables o contaminados puede generar graves problemas de salud. Es fundamental cuidar la calidad y seguridad de los alimentos que ingerimos, asegurándonos de evitar contaminantes que puedan surgir durante su almacenamiento, transporte o manipulación.
Qué podemos hacer
Para promover una alimentación saludable, es importante:
- Consumir alimentos naturales, como frutas, verduras, maíz, legumbres, y carnes no procesadas, libres de empaques y conservadores.
- Adoptar un estilo de vida saludable que incluya la realización de actividad física regular.
El derecho a una alimentación adecuada debe ser una prioridad global para garantizar una vida más saludable y un futuro mejor, sin dejar a nadie atrás.