Morena está fracasando. El gobierno federal no sabe gobernar, miente, roba y traiciona a los mexicanos. Sus decisiones ponen en peligro al país, afectan la economía familiar, socavan nuestra soberanía y atentan contra nuestras instituciones democráticas.

En estos fatídicos seis meses, el gobierno federal se ha caracterizado por la ocurrencia, la soberbia, la incompetencia, la improvisación, la opacidad y la mentira, afectando la vida de los mexicanos en temas muy sensibles como su seguridad, su empleo y su bienestar.

El triunfalismo del presidente y el derroche de su festejo muestran la indolencia ante los datos que México tiene en relación a los resultados de su gobierno. Aunque el presidente salga cada mañana a decir que “vamos muy bien”, la realidad que vivimos todas las y  los mexicanos es muy diferente.

México tiene otros datos en materia de seguridad. El primer semestre de este sexenio cierra como el más violento de la historia de nuestro país. Cada 15 minutos asesinan a un mexicano y hasta ahora ha habido 17 mil homicidios en esta administración.

Las y los mexicanos viven esta ola de violencia. Las cifras de secuestros y feminicidios siguen aumentando de forma preocupante, se siguen cometiendo homicidios en contra de periodistas y se utiliza a la Guardia Nacional como muro en la frontera sur del país, contrario a lo que los diputados aprobamos en la Constitución y la Ley.

No solo eso, el presidente polariza a México y confronta todos los días a las y los mexicanos, denostando a quienes piensan diferente y se atreven a criticarlo o cuestionarlo.

México tiene otros datos en materia de economía. En los primeros cinco meses de esta administración, hay 186 mil puestos de trabajo menos que los registrados en el mismo periodo de 2018, lo cual fue ocasionado por las decisiones de este gobierno, especialmente por su falsa austeridad.

Todas las previsiones de crecimiento han ido a la baja. Ningún organismo serio pronostica un crecimiento de 2% en 2019.

Las calificadoras disminuyen el grado de inversión a México ahuyentando las inversiones y encareciendo la deuda, se cancelan proyectos que ya estaban en proceso y se invierte en obras destinadas al fracaso, como el aeropuerto de Santa Lucía y la refinería de Dos Bocas, ambos inviables.

México tiene otros datos en relación al combate a la corrupción. 3 de cada 4 contratos otorgados por el gobierno federal fueron por adjudicación directa, lo cual es opaco y discrecional. Lo que vemos es la adjudicación de la mayoría de los contratos sin pasar por procesos de licitación, contratos a empresas farmacéuticas de sus amigos y negocios a sus compadres y aliados.

México tiene otros datos sobre la política social, pues a pesar de que el presidente prometió que los pobres serían primero, todas las medidas que han implementado los ha dejado al final.

No hay medicamentos para tratar el cáncer, el sida, el control de diabetes, embarazos e hipertensión de los que menos tienen y buscan alivio en las instituciones públicas.

Reprobamos el despido de médicos y enfermeras que atendían a los 27 millones de mexicanos más vulnerables, y que ahora quedan sin atención médica en sus comunidades incluyendo a 4 millones de indígenas.

No existe apoyo a niñas y niños mexicanos para asistir a competencias académicas internacionales, tampoco para deportistas de alto rendimiento, quienes han tenido que recurrir a otros patrocinadores o desistir de sus aspiraciones por no contar con recursos.

Se cancelaron las estancias infantiles, se eliminó el seguro popular y se propició el desabasto de medicinas.

Durante estos meses, las y los mexicanos hemos sido testigos de cómo se ha emprendido una embestida en contra de los otros Poderes de la Unión, los órganos autónomos del Estado mexicano, los empresarios, las organizaciones de la sociedad civil, las minorías y los grupos opositores.

La actual administración se ha vuelto experta en la destrucción de todo lo que funcionaba bien en el país, con la eliminación de instituciones que promovían el desarrollo o apoyaban a los más vulnerables, como el Consejo de Promoción Turística, el INADEM, la cancelación del Aeropuerto en Texcoco y la eliminación de programas sociales que atendían a la gente más vulnerable.

Se trata de un gobierno que hasta ahora ha mostrado desprecio por las relaciones internacionales y torpeza en la política exterior, lo cual nos han sometido a los mandatos del país vecino del norte. Su ausencia de los eventos internacionales le resta liderazgo en América Latina y la posibilidad de ser un actor con presencia e influencia internacional.

Las y los diputados del PRI exhortamos y exigimos al presidente de la República y todos los integrantes del gobierno federal a que dejen a un lado los eventos triunfalistas, asuman la tarea de gobernar con responsabilidad en favor de todas las y los mexicanos y a que rectifiquen en las decisiones que están dañando a nuestro pueblo.